Reflexionando sobre la práctica en general y sobre mi práctica en particular, cada vez me queda más claro que tanto en las instituciones y organizaciones en donde se realizan proyectos comunitarios, barriales(o los llamados populares)los mismos están conformados por varios aspectos, de suma importancia, entre los cuales se encuentran, no solo la concreción de los objetivos, sino el cómo se realizan y quienes. En el cómo claramente está expresada la metodología, la cual repercutirá directamente en quienes realizan la tarea. Esta brecha es la más compleja ya que pondrá a prueba las teorías al respecto. Es en este punto en donde solemos reducir la metodología solo a la tarea que se lleva adelante para lograr los objetivos generales del proyecto(ya sea con la comunidad; con jóvenes, niños o ancianos)dejando de lado lo relacionado con la dinámica grupal con la cual los actores desempeñan esta tareas. A esto se suman las condiciones materiales del proyecto y las condiciones laborales(si es que las hay).
Es un lugar común pensar que mirando los objetivos de una institución u organización comunitaria y es suficiente para conocer la ideología de la misma. Creo que las organizaciones hablan no solo por sus objetivos proclamados sino también por su práctica concreta reflejada en su metodología, definida o no, desde lo formal. Cabe destacar que algunas instituciones si pueden sistematizar sus prácticas y definir cómo es su metodología.
Dejando de lado aquellas que intencionalmente dicen ser para lucrar, existen una cantidad de organizaciones que encuentran coherencia entre teoría y práctica. Otras en cambio, dicen ser alternativas, populares, transformadoras, progresistas y hasta revolucionarias; pero en su desarrollo cotidianos llevan una dinámica de trabajo lejano o introductorio con sus propios postulados.
En el campo de las organizaciones llamadas populares existen un abanico de variantes y características, a mi juicio válidas, y otras no tanto, pero no profundizaré en este tema.
Los que me interesa abordar es el tema de aquellas instituciones en donde se cree trabajar desde una línea popular y comunitaria pero con metodología un tanto conservadoras o alejadas de una propuesta transformadora integral. Recalco el término integral, ya que las cosas no son tan contundentes como para definirlas como transformadoras o no transformadoras. Queda claro que las instituciones también trabajan con en comunidades( o para comunidades) y que otras tienen aspectos transformadores y conservadores conviviendo en su realidad cotidiana.
Me parece que los conceptos de construcción colectiva y dinámica grupal aclaran el panorama para pensar el cómo se construye. El sentido común dirá que construimos colectivamente cuando lo hacemos entre todos, pero sabemos que en la práctica lo que se va construyendo es un proceso. Podemos decir a los gritos que lo que intentamos construir "colectivamente", pero si en nuestra metodología, la dinámica grupal a la que adherimos, privilegia solo la concreción y no el cómo lo hacemos; estamos en una organización que corre el riesgo de caer en una de las contradicciones más frecuentes que es pensar que "los fines justifican los medios". Es decir que si lo que se considera la tarea, está bien...lo demás no importa demasiado. Esto es claro en los proyectos que son evidentemente verticales¿Pero qué pasa con las organizaciones que se autodenominan horizontales(o que priveligian la horizontalidad) o que dicen tener una ideología de construcción grupal o colectiva?¿Esto es tan claro?
Como la realidad es más compleja que las explicaciones teóricas, nada es tan contundente como parece. Aún en las organizaciones más verticales hay un resquicio en donde se intenta construir con el otro. Así como también, en las organizaciones populares horizontales, a veces no se construye como decimos. De todas maneras lo grave de esto no me parece tener resabios de verticalidad o contradicciones marcadas, ya que quién puede arrogarse "la pureza"de una línea de trabajo. Lo que si me parece grave es no ser consiente de esto. Porque la práctica es intento de hacer, o ir en determinada dirección, pero cuando no hay conciencia de esto no hay intento alguno por mejorarlo y quedamos estancados en nuestras propias contradicciones sin poder superarlas.
Una organización que no pone su mirada en el cómo se hace la tarea, ni en su dinámica grupal( y su filosofía diaria de trabajo) deja de lado a los actores que la desempeñan; o por lo menos los deja en un lugar secundario. Es aquí en donde entran a jugar dos aspectos y también de suma importancia; uno es qué entendemos por darle lugar a los actores y el otro es qué filosofía hay implícita en la dinámica diaria entre los que llevan adelante el proyecto. Cabe destacar que la filosofía e ideología de la tarea es más clara de explicar ya que ..." es tranformadora, inclusiva, superadora, revolucionaria y demás..." pero a la hora de pensar la dinámica de trabajo, entendida esta como "el poder real y formal, la autoridad formal y real, los roles asignados y los roles asumidos(no hablo de los roles formales sino de los que se dan en la práctica). Este es un terreno pantanoso en donde si, la organización en su conjunto, no logra llegar a profundizar el análisis pude caer en la disgregación o el enfrentamiento continuo.
Nuestra sociedad ha marcado el tema del poder con una carga negativa, ya que en muchos momentos históricos el mismo fue utilizado despóticamente en contra de la población. Tal vez esta sea una de las causas que nos haga tener una actitud negadora de nuestro propio poder diario frente a los otros. El poder no es malo sino depende de cómo lo usemos. Lo negativo, me parece que es, no percibirlo porque es entonces cuando no somos consientes del uso y abuso que hacemos de él. "Los que tiene poder son los malos, el sistema, los poderosos, etc. Esta imagen "no está alejada de la realidad" pero me parece muy parcial, si queremos verla desde este enfoque, los buenos también tienen poder. Todas las personas tenemos poder en nuestras tareas diarias, me parece que lo responsable es estos casos es saberlo usar y utilizarlo en función de la tarea con el otro y no para pasar por sobre el otro. Cuando tenemos actitudes de negación es cuando solemos abusar del otro.
